Aprendizaje cooperativo

En las dos clases pasadas estuvimos reflexionando sobre la importancia del aprendizaje cooperativo y hay una frase que lo define muy bien “tipo de aprendizaje en el que los objetivos de los participantes se hallan estrechamente relacionados, de tal forma que cada uno solo puede alcanzar sus objetivos si todos lo consiguen”. Esta definición recuerda a la de Vygotsky, que consideraba que no hay aprendizaje sin otros, ya que el individuo tiene el potencial para hacer algo, pero no la capacidad para realizarlo solo y aunque esta concepción puede sonar muy extrema si la aplicamos de manera general, no es tan descabellada si la entendemos según las funciones o tareas a realizar. Ej. Puede ser que a alguien no se le dé bien tocar un instrumento, pero sí cantar y que el que sabe tocar el instrumento no sabe bailar y otro compañero sí, pero entre todos hacen un grupo musical increíble y el que es especialista en una de las cosas, puede enseñarles a sus compañeros técnicas para mejorar en ese aspecto. Por eso, considero que es tan importante formar un grupo heterogéneo, para que cada persona pueda enriquecer al grupo de una manera. De hecho, al poner en práctica la técnica cooperativa 1-2-4, la diferencia se observa claramente, ya que de manera individual tienes una serie de ideas, pero a medida que te vas agrupando surgen más gracias a las distintas perspectivas de los compañeros que tú no habrías imaginado sin su ayuda. Como futuros profesores, debemos tener en cuenta las características de nuestros alumnos a la hora de realizar los equipos de trabajo y repartir bien los roles para que cada uno tenga su función, si lo hacemos bien tendremos muchas ventajas; favoreceremos la integración y el desarrollo socioafectivo entre el alumnado y mejoraremos el rendimiento académico. Por si queréis seguir leyendo algo más sobre este tipo de aprendizaje y cómo fomentarlo, en las actividades cuatro y cinco de esta misma página encontrareis algunos ejemplos.